martes, 13 de agosto de 2013

Álbum de estampas


I
Día claro, viento, amor en el aire, una pareja sentada, en una banca blanca del parque otoñal, árboles altos, de copas inmensas, corazones sepia revistiendo el suelo terroso.
Son vistos de manera réproba por los transeúntes.

II
Una familia, caminan en armoniosa coordinación; tomados de la mano van los padres, jóvenes, plásticos, como salidos de un anuncio de Nestlé, se ven con un amor vacuo.
         Sus dos niños juegan detrás de ellos, corren extraviados del mundo.
         Los jóvenes padres ven en una banca del parque otoñal una pareja de homosexuales que se devoran uno al otro en un amor pasional. Ambos los ven con creciente desprecio e indignación.

III
Mismo día, dos niños; niño indiferente, extrañado, niño de azul que mira a un niño de rojo, junto a él. Niño de rojo, antes de blanco.
         Niño de blanco que gime exangüe, tiene la playera teñida de rojo, su hermano le mira de soslayo, sin comprender cómo o de dónde –mucho menos por qué– ha manado esa sustancia roja, líquida, de uno de los ojos de su hermano.

IV
La pareja amorosa de la blanca banca del parque, que se matan en amor, se suicidan, se tiran en un abismo infinito –Amor es muerte– ven repentinamente cómo un hombre y una mujer los observan asqueados desde enfrente, atrás, sus dos hijos; un niño de azul juega a ser pirata y, con una rama da poderosa, mortal estocada en el ojo de su hermano, niño de blanco.

V
         Flores vuelan en torno a los hombres y mujeres que pasean, flores que flirtean, juegan en ese parque otoñal; flores de colores, libres, flores que se posan en otras flores, cuyas raíces sí se encuentran en la tierra.
         Catarinas observan confundidas cómo la gente gusta de complicarse la vida. El amor es muerte, ausencia, el único camino hacia la vida es la muerte. Las catarinas y las flores que vuelan lo saben.