jueves, 24 de marzo de 2011

Micro estampa

Habitación en desorden, muchacha sola, tirada de forma diagonal en una cama sin tender; drogada, susurra: “Mami, mami, mami, abrázame…”, lo repite constantemente intercalando cientos de juramentos distintos, sobre que haría lo que fuera, pagaría cuanto fuera porque sus madre estuviera ahí abrazándola.  Repentinamente se ve estremecida, ha sentido el abrazo materno, etéreo y frío. El reloj marca las tres de la madrugada. La cama vacía. La muchacha no es vuelta a ver por ninguna parte nunca más.